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Todos los países de todo el mundo que
se encuentran aquí presentes se comprometen a trabajar para evitar
que aumenten los riesgos de las políticas de drogas. Un mundo libre
de drogas es idealista. Hoy tenemos las pruebas para sostener que una
política basada en la reducción de la oferta y la demanda no es
eficaz, es mucho más eficiente un enfoque de salud.
Los riesgos de enfermedad de
transmisión de VIH y Hepatitis C no conocen fronteras. Hoy tenemos
las pruebas y las herramientas sobre como responder a esta situación
mundial. Las políticas de drogas no deberían basarse en la
tipificación como delincuentes de los usuarios de drogas. La
posición en nuestro país despenaliza la posesión. Los recursos
destinados a areas de salud salvan cuatro veces más vidas.
Solo aquí en esta sala podemos cambiar
la situación porque se nos ha conferido la potestad de hacerlo. No
tenemos que tener miedo. Quisieramos sugerir que las políticas no
deberían estar basadas en ideologías, sino en la ciencia, y que
deberíamos procurar medidas desestigmatizando a los usuarios de
drogas.
Deberíamos evaluar regímenes
alternativos que van surgiendo en diferentes continentes, en vez de
tratar de ejercer presión a los países para que rechacen los
experimentos y alternativas en políticas de drogas o se callen.
Reiteramos que los usuarios de drogas
no deberían ser criminalizados y abogamos en contra de la pena de
muerte para cualquier delito relacionado con drogas. Acogemos en este
sentido las últimas declaraciones de la JIFE.
Los profesionales del sector de la
salud pública deberían estar implicados en este debate de cara a la
UNGASS 2016.