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El gobierno del presidente Evo Morales
ha puesto en vigencia la estrategia de lucha contra el narcotráfico
y revalorización de la hoja de coca ligada al consumo tradicional y
a las culturas originarias de Bolivia, con base al respeto de los
derechos humanos y los derechos de la madre tierra.
Bolivia no ha dejado de lado su
compromiso de responsabilidad compartida, especialmente con los
países limítrofes: Brasil, Argentina…
Destacan la importancia de la lucha al
narcotráfico y la creación de la Unidad Ejecutora de Lucha contra
el Narcotráfico sin la injerencia de potencias extranjeras que
vulneren nuestra soberanía, así como la creciente asignación de
recursos a la lucha contra el narcotráfico.
Destaca el incremento de las
incautaciones de cocaína, y de marihuana (que ha aumentado en los
útlimos 3 años). Las incautaciones de pasta base- cocaína base
también han aumentado, así como el aumento de las incautaciones en
clorhidrato de coca.
La evolución de la incautación de la
hoja de coca puede analizarse en tres periodos: 1. De 2000 a 2003,
con incautaciones bajas. La incautación de hoja de coca ha ido en
aumento.
Sin embargo, se ha reconocido el
cultivo racionalizado de hoja de coca como un proceso de dialogo y
concertación, como una fuente de ingreso y la mejora de las
condiciones de vida de los campesinos.
La erradicación forzosa de hoja de
coca en parques naturales y en areas donde no está permitida y la
producción de cultivos controlados son procesos complementarios.
En la región andina, según los
informes de la ONUDD y la JIFE el cultivo de hoja de coca disminuyó
en la región en los últimos años.
Grandes desafíos: Industrialización
de la hoja de coca y aplicación para usos médicos, así como su
exportación, sin que ello menoscabe el compromiso de Bolivia en la
lucha contra el narcotráfico.