Secretario General de la Oficina de Naciones Unidas
Aumento dramático de sustancias psicoactivas. La respuesta de naciones unidas tiene un arraigo firme en las convenciones sobre drogas, sin embargo, a nivel global, la aplicación de las convenciones se ha hecho de manera incompleta y desigual.
Las Convenciones son la base jurídica de nuestro trabajo, pero los estados miembros también pueden tomar medidas (sobre la base de estas convenciones). Tenemos que crear más conciencia en el público sobre el impacto que tiene las drogas en los países productores y de tránsito: desde Africa Occidental a Asia Central o América Latina las convenciones deben ser aplicadas.
Tenemos que impedir que se establezcan nuevas rutas y nuevos canales: sustentos de vida alternativas, acceso a la educación y prevención social.
Hay debates muy serios sobre cuales son los métodos más eficaces para hacer frente al problema de las drogas. Se llama a un debate abierto sobre el tema.
Yury Fedotov, ONUDD
El cultivo del arbusto la coca y el tráfico de cocaína han disminuido, pero no hay claridad sobre el éxito de la implementación del plan de Acción de 2009.
Hay un aumento en el cultivo de adormidera de opio en Afganistán, creando grandes desafíos en la región, gran aumento de las nuevas substancias psicoactivas, uso de las tecnologías en el tráfico ilícito de las drogas, asei como un aumento dramático de la violencia en Centroamérica.
La respuesta de Naciones Unidas sobre retos debe ser cooperativa. Detener el blanqueo de dinero y la corrupción es vital. Un enfoque equilibrado ha de hacer énfasis en la salud pública y que prevenga la expansión de VIH.
La pena de muerte nunca estuvo contemplada en las Convenciones. El importante reafirmar el espíritu de las Convenciones, que se concentraba en la salud.
Raymond Yans, JIFE
Sin las convenciones habría cientos de millones de toxicómanos usando opiáceos. Gracias a las convenciones este consumo se redujo sustancialmente.
Es cierto que los tiempos han cambiado desde 1961, cuando solo 104 estados eran miembros de salud pública, no había globalización, el cannabis de alta concentración de THC no existía, tampoco había internet, pero los principios esenciales de las convenciones siguen siendo válidos.
Tenemos el derecho de debilitar un sistema que nos costó más de 100 años conseguir. La JIFE nunca le ha hecho la guerra a nadie, ni siquiera la guerra a las drogas, como dijo Nixon. El sistema de las convenciones fue creado por los estados para luchar contra las sustancias que los estados han considerado peligrosas.
Mucho se dice de la legalización y de la despenalización, pero el cannabis sigue siendo peligroso. Son ustedes [los estados miembros] quienes tienen que decidir.
Cambiar los tratados no podría tener consecuencias imprevisibles? Quién asumirá la responsabilidad política si al hacer las drogas disponibles sin autorización médica creamos una generación inhabil, incapaz de concentrarse?
La JIFE ha recomendado en ocasiones importancia de la prevención en vez de la despenalización. No estamos pidiendo que los usuarios de drogas sean tratados como delincuentes, ni tampoco con condescendencia, sino que son seres humanos enfrentados a sustancias que podrían «llegar a quebrar las más fuertes voluntades». En este marco, Yans hace referencia a la legalización del cannabis en Uruguay.
Yans hace un llamado a no aplicar la pena de muerte por delitos de drogas. Esto no sigue las convenciones de derechos humanos.