Dr. Juan Manzur
Sra. Presidenta:
Le
agradezco especialmente a Ud., y a los miembros de la Mesa de la
Comisión, que me brinde la posibilidad de dirigirme al Plenario en esta
ocasión.
Es un honor poder compartir con Uds. algunas
ideas en el marco de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, que
consideramos que es el marco apropiado para el análisis, discusión y
obtención de consensos sobre problemas que aquejan a todos nuestros
países.
Las cuestiones del control de las drogas, de la
lucha contra la delincuencia organizada, y en particular el combate al
narcotráfico nos obligan a todos, en mayor o menor medida, a brindar
respuestas de política sanitaria y política criminal. Y todos sabemos
que nuestros esfuerzos serán vanos si no orquestamos una adecuada
cooperación internacional.
Esta Comisión y la ONUDD nos
brindan el marco conceptual, normativo y operativo para realizar y
mejorar esta cooperación internacional tan necesaria, y por ello
reiteramos una vez más nuestro compromiso y apoyo activo y responsable a
las tareas que aquí se desarrollan.
Permítanme comentar brevemente algunos aspectos de la situación en la Argentina.
La
Presidenta Cristina Fernández de Kirchner adoptó una serie de acciones
que se encuentran en ejecución y están enfocadas en la atención del
adicto y en la reducción de la oferta y la demanda de drogas para evitar
su consumo y uso indebido, en aplicación del principio de
responsabilidad compartida.
La tarea de coordinación y
cooperación interministerial, es central en este esfuerzo, que se
potencia por el esquema federal del sistema argentino.
Lo
mismo puede decirse de los mecanismos y esquemas de coordinación y
cooperación ya existentes a nivel bilateral, subregional y regional.
También
incorporamos a la sociedad civil y a las organizaciones no
gubernamentales en nuestra política pública en materia de control de
drogas.
Uno de los desafíos centrales es mitigar los
efectos de una droga en particular: el paco, que impacta en los sectores
sociales más vulnerables, y que lentamente está penetrando otras
clases con mayor poder adquisitivo.
Sra. Presidenta,
No
puede escapar que la Argentina, y Sudamérica en general, ha pasado
también a transformarse en un país de consumo, por lo que el Estado a
través de sus autoridades competentes se encuentra en una etapa de
reingeniería de sus medios y mecanismos para combatir más eficazmente el
problema desde esta perspectiva.
El gobierno se
encuentra en la tarea de transformar el derecho jurisdiccional, esto es
las decisiones judiciales, en derecho positivo.
Simultáneamente
existe la convicción y decisión del firme combate contra toda la cadena
de drogas ilegales, como la cocaína o las drogas sintéticas.
En
el espacio sudamericano se coordinan y ahondan esfuerzos entre los
organismos nacionales y regionales para mejorar la vigilancia sobre
potenciales desvíos de precursores químicos, apuntando también a
perfeccionar los datos sobre importación de productos de interés para el
narcotráfico, interligando bases de datos, y avanzando con el contralor
sobre potenciales compañías de fachada.
La Argentina
cumple adecuadamente con todas sus obligaciones derivadas de los
tratados que estructuran lo que solemos denominar el “régimen
institucional/legal del control de las drogas y la lucha contra el
narcotráfico”.
En este punto quizás deberíamos analizar
si, tras las décadas transcurridas y a la luz de los resultados hasta
el presente, no ha llegado el momento de comenzar un debate abierto
sobre la coherencia y efecto útil de algunos de los preceptos contenidos
en dichos tratados.
Sra. Presidenta,
Quiero finalmente destacar el tema vinculado al control de drogas y los derechos humanos.
En
el año 2008 esta Comisión aprobó la Resolución 51/12, pionera en esta
materia y en el año 2010 el Director Ejecutivo de la ONUDD presentó el
Informe “Drug control, Crime Prevention and Criminal Justice: A Human
Rights Perspective”, como CRP, Documento de Sala, solamente en inglés.
Creo que en próximas sesiones deberíamos volver sobre este tema para
analizar si ha habido avances en la aplicación concreta de los derechos
humanos en materia de control de drogas, tanto por parte de los Estados
como de la ONUDD en sus actividades.
Muchas gracias.